María Josefa Atienza es una artista autodidacta que trabaja principalmente con óleo sobre lienzo y pintura acrílica. Su vínculo con el arte nace de una necesidad profunda de expresión emocional, encontrando en la pintura un medio que le permite canalizar sus sentimientos y estimular su creatividad. Para ella, el acto de pintar es un juego placentero con el color, una forma de exploración personal y libertad. Cada obra es fruto de la intuición y el deseo de dar forma visual a estados interiores. Considera que dedicar tiempo a la creación artística no solo enriquece el alma, sino que se convierte en una fuente constante de motivación y sentido.